1. Al despertar y verse al espejo en pijama y despeinado, reírse mucho de esa imagen.
2. Cuando despierte nuestra neurosis, dejarla existir, aceptarla, y juegar con ella. “¿Puse juegar? Aaaaagggghhhh amo la ortografía, no puedo permitirme poner un error ortográfico, nooooo, el poeta que llevo dentro muereeeeeeeeeee, lo he asesinadoooooo…”.
3. Ser nuestro propio público durante el día y aplaudirnos cada vez que no salga algo como queríamos: “¡Bravísimo, excelente actuación dramática, nunca he visto una muerte como esta, qué bárbara, muy buena asesina!”.