1.- Porque a veces el miedo a equivocarnos hace que nos tensemos, y esa tensión aumenta la probabilidad de que nos equivoquemos.
2.- Porque nada en la vida es perfecto, pero algo puede ser imperfecto y maravilloso a la vez.
3.- Porque tus errores pueden ser un regalo para los demás, contribuyendo a que ellos se sientan más en confianza contigo al ver que tienes errores igual que ellos.
4.- Puedes aprender cómo aprovechar tus errores para hacer reír a los demás.
Durante las próximas 24 horas, cada vez que te equivoques o hagas las cosas distinto de como hubieras querido, ponte mentalmente una palomita, date un beso a ti mismo o apláudete internamente. Ahí nos cuentas qué descubres…