Imagina el viento moviendo un árbol: a veces sopla hacia la izquierda, a veces hacia la derecha. El árbol se inclina en una o en otra dirección.
Tú y somos movidos por las emociones.
Un minuto estamos contentos, al siguiente preocupados, luego tristes, luego divertidos… nunca sabemos en qué dirección seremos movidos al siguiente momento. Hay quienes piensan que estar contentos es bueno y estar enojados o tristes es malo. Esto es como si el árbol dijera: “Yo sólo quiero ser movido hacia la derecha, hacia la izquierda nunca”.