Es natural que nos sintamos amenazados cuando muchos pares de ojos nos están viendo. Lo bueno es que cuando nos presentamos en un concierto contamos con una partitura y un atril que nos ayudan a sentirnos protegidos. De hecho también nuestro instrumento musical puede cumplir esa función: como está entre nosotros y el público nos brinda cierta sensación de protección. ¡Fiuh!
Pero… pensándolo bien… ¿No será que el público vino a ver nuestro corazón?… Buen punto…
Es común que nos sintamos desprotegidos cuando abrimos nuestro corazón, y justo lo que le gusta al público es que lo abramos. (Pero no te asustes, no lo tienes que abrir todo de un gran salto. Si vienes al taller de Presencia Escénica para Músicos, aquí te acompañaremos de la mano, para que paso a paso vayas disfrutando cada vez más ese sentirte desprotegido y regalarte al público, con lo que te irás dando cuenta de que así el público te quiere más, y el amor del público te ayudará a sentirte cada vez más a gusto).
Queremos que tu instrumento deje de ser un escudo y se convierta en un AMPLIFICADOR de tu corazón.