Hoy me desviaré un poco del tema central de este blog (aunque, si le buscas bien, verás que en el fondo no me estoy desviando tanto). Si estás en México, o si has seguido de cerca las noticias del sismo que hace unos días nos sacudió, es probable que hayas sentido miedo, enojo, preocupación, frustración, ansiedad o algo parecido. Por eso quiero compartirte un tesorito.
Tesorito al que yo llegué por desesperación: hace dos años y nueve meses nació mi bebé Quetzalli, y a partir de ahí la maternidad despertó mi caja de pandora: todos los males aparecieron y no encontraba consuelo. Sentía enojo, tristeza, frustración, depresión a mil. «¡Madre mía! ¡Ya basta!»
Ya sabes, probé DE TO-DO, y muchas cosas me ayudaron como parte de un proceso a largo plazo. Algo que me daba paz y claridad era darme un tiempo para ubicar mis sentimientos y necesidades, pero las emociones reincidían como Golliat, ya que sanar una herida lleva tiempo y yo necesitaba algo efectivo al instante, mientras sanaba mi oscuridad. En un taller al que fui, como un extra, nos recomendaron unas respiraciones para trabajar con emociones intensas. La verdad a mí me dio un poco de hueva (perdón por la palabra), pero decidí que si iba a probarlo sería con fe.
¡No manches! Encontré uno de los regalos más exquisitos.
¿Me falta algo?… Ah sí: ¿el tesorito verdad?
El cuerpo físico no está diseñado para digerir emociones como el enojo, la ansiedad, etc., por lo que las guarda en algún lugar, y es necesario liberarnos de ellas de forma consciente, ya que pueden incluso llegar a generarnos enfermedades. Los pulmones son los únicos órganos que están diseñados para liberar estas emociones y transmutarlas. Hay varias técnicas de respiración para lograrlo, esta es una de ellas. Hazla solo si resuena contigo y si crees en ella. Un ejercicio funciona solo si el cerebro cree en él.
Antes de hacerla toma un ratito para darles aceptación incondicional a tus sentimientos y para identificar las necesidades que se están expresando a través de ellos: ¿Necesitas seguridad?… ¿Te sientes así porque valoras la honestidad?… ¿Te importan las vidas de otras personas?… ¿Necesitas cuidarte a ti mismo?… ¿Qué estás necesitando?…
Ahora sí: con los ojos cerrados y sentado en una silla con la espalda recta y los pies en ángulo de 90°, o sentado en posición de loto, haz estas respiraciones sólo por la nariz, sigue esta secuencia:
No tengas dudas mentales, cuando lo hagas deja que tu cuerpo sabiamente te guíe, lo que haga estará bien.
En estos tiempos difíciles, o en cualquier momento en que tengas emociones intensas, darte tiempo para respirar te ayudará a estar más disponible para atender todo eso que es tan importante para ti.