Por Madeleine Sierra
Cuando tengas la oportunidad, tócale una melodía con tu instrumento, o cántale, a un bebé, viéndolo a los ojos. ¿Cómo se dispone tu cuerpo? ¿Cómo se abre tu ser para acoger al bebé? ¿Puedes experimentar esto mismo en el escenario con el público?