Por Madeleine Sierra

Caroline Dream nos comparte:

“Para ayudar a nuestros alumnos a redescubrir las maravillas que le rodean, los mandamos a la calle en pequeños grupos con la siguiente consigna: ‘Habéis llegado a un planeta distinto al nuestro. No habláis el mismo idioma, no tenéis información alguna sobre cómo son las especies aquí ni cuáles son sus costumbres. Tenéis que salir de vuestra nave y explorar este nuevo mundo. Lo llaman… la Tierra.’

Siempre vuelven, después de media hora, sorprendidos por haber hallado cosas fascinantes:

‘Me quedé mirando el cielo todo el tiempo, me fijé en sus distintos colores, en el movimiento de las nubes. Pensé que podían ser un modo de transporte terrestre. Pasó un ave volando. Me emocionó la belleza de su movimiento e intenté imitarlo.’

‘Vi a un anciano sentado en un banco. Como los dos eran inmóviles asumí que era una sola cosa. Di la vuelta a su alrededor y me fijé que sus ojos me seguían, imité el movimiento de sus ojos y me sonrió. Le copié el gesto intentando entender su sentido. Él se rascó la cara, yo le imité. Poco a poco, él empezó a jugar conmigo. Sabiendo que le iba a imitar, me ofreció gestos cada vez más ridículos.’

‘Estaba mirando con suma atención un insecto en la palma de mi mano cuando una pareja se me acercó. Les había despertado la curiosidad verme tan interesado en aquello.’”

En estos tiempos de contingencia sería irresponsable de mi parte pedirte que salieras a la calle, pero lo puedes hacer viendo por la ventana, o al interior de tu casa. Para despertar tus sentidos y para darle un toque lúdico a tu día, en este momento te invito a que veas a tu alrededor y que descubras dos o tres cosas interesantes de este planeta totalmente nuevo para ti.