Por Madeleine Sierra

Todas piden desnudo, pero hay de grados a grados jajaja. Exploré con un alumno “Knocking on heaven´s door”. Lo que me viene cuando oigo sus distintas interpretaciones —de Bob Dylan, U2, Guns and Roses…— es que esta canción pide una interpretación auténtica. A lo que me refiero con esto es a que deja el alma al desnudo total, y nos deja ver: ¿Quién eres? ¿Con qué estás conectado como cantante?

En la clase comenzamos, como siempre lo hacemos, conectando con el mensaje de la canción. En este caso se trata de alguien que está muriendo, y atestiguando su propia muerte. 

Ya cuando pasamos a la interpretación, noté que cuando mi alumno cantaba cierta parte que no tiene palabras (sino sólo vocales), lo hacía como imitando a otros cantantes a los que había escuchado. No era realmente su propia voz. Así es que, para encontrar su autenticidad, le pedí que improvisara, desde el corazón, melodías libres similares a esa conectadas con el tema.

Cuando improvisas para encontrar una interpretación auténtica es necesario dejar la mente muy flexible: que te des permiso de que pueda salir lo chafa, lo cliché, el error, lo que no se “debe” hacer, los gallos, etc., para dar oportunidad a que en alguno de los intentos (sin que sepas cuándo va a suceder) pueda surgir lo nuevo y auténtico. Así lo hicimos, y resultó que la primera impro salió exquisita.

Ahora había que definir qué se quedaba y qué se iba. Esto depende de la estructura dramática de la canción. Knocking on heaven’s door está dividida en dos partes. Cuando es así, para mí es preferible que la primera parte sea menos intensa y la segunda un poco más. Primero con el fin de que no se repita, y segundo con el fin de guardar la “sorpresa”.

Las siguientes veces que cantó la canción ya no salió tan exquisita, porque empezó a darle más atención a la forma y menos a la conexión con el tema. Es normal. Así seguimos hasta encontrar el engrane entre emoción, imagen y técnica.