Por Madeleine Sierra
“Un Samurai muy famoso fue un día a ver a un Maestro Zen. Pero en cuanto vió la belleza y la gracia de este Maestro, el Samurai de pronto se sintió inferior. Le dijo al Maestro: ‘¿Por qué me estoy sintiendo inferior? Justo hace un momento todo estaba bien. Entonces, en cuanto te vi, de repente me sentí inferior. He encarado a la muerte muchas veces y nunca he sentido miedo, pero ahora me siento asustado.’
El Maestro respondió: ‘Sal conmigo. Mira estos árboles: un árbol es alto, y este pequeño vive a su lado. Ambos han existido junto a mi ventana por años, y nunca ha habido un problema. El árbol pequeño nunca le ha dicho al árbol grande: ‘¿Por qué me siento inferior frente a ti?’ ¿Por qué nunca he oído esto del árbol pequeño?’
El Samurai pensó y entonces contestó: ‘Porque ellos no comparan.’
El maestro respondió: ‘Te has respondido a ti mismo. Cuando no comparas, toda inferioridad, toda superioridad, desaparece y estás simplemente ahí. Ya sea un pequeño arbusto o un alto árbol, no importa. Una brizna de pasto es tan necesaria como la más brillante estrella.’”
Antiguo cuento Zen