Por Madeleine Sierra
Cuando practiques tu instrumento musical, o cuando ensayes tu texto o tu conferencia, si te equivocas no pares ni corrijas, deja que tu cuerpo resuelva. Las primeras veces tal vez resolverá de la peor manera, porque tu mente estará encima de él, pero poco a poco, si lo relajas y le dices “te doy permiso, te doy permiso, te doy permiso”, llegará el momento en el que pueda sentirse libre para empezar a resolver. Tu cuerpo tiene sabiduría.
Y llegará el día en que, si te equivocas frente al público, en lugar de que automáticamente te auto-regañes por el error, dejarás que tu cuerpo resuelva.
Esto y más en mi último video, en el cual, aunque me dirijo a los músicos, todo lo que digo se aplica cualquier persona que se presenta frente a un público o frente a la cámara: