Por Madeleine Sierra

Para que la música que interpretas surja expresiva y toque el corazón del público, es necesario que antes de tocar o cantar conectes con el tema. 

Si te ayuda cerrar los ojos, hazlo; relaja la mandíbula; pon atención a tu cuerpo. Ahora conecta con el tema de la pieza. ¿Cuál es el juego que te está proponiendo el compositor? ¿A qué quiere jugar Schubert… o Mozart…? Abre tu escucha en punto cero, que es sin expectativas. Sólo siente. 

Si ya sabes qué fue lo que quiso comunicar el compositor, conectáte con ese mensaje. Si no lo sabes, déjate sentirlo a través de la música, como ser humano. Ya que eres igual de humano que el compositor, vas a captar el mensaje por la emoción. Ponte como antena. 

Aprópiate del tema. Si vas a interpretar una pieza de Beethoven que expresa la pasión, porque Beethoven era muy apasionado: ¿Cuál es la pasión en ti? ¿Cómo es? ¿Te puedes apasionar o no te puedes apasionar? Esa es la cuestión como artista: si va a pasar a través de ti, de tu cuerpo, de lo que tú eres, para que tú transmitas esta pasión necesitas desbloquear cosas. 

Si estás interpretando un tema sensual, y la sociedad castiga la sensualidad, y tú tampoco te permites sentirla: ¿cómo vas a acceder a ella? Necesitarás trabajarlo para poder sentir primero la emoción que está reprimida. (En mis clases guío a mis alumnos por el trabajo corporal necesario para que se puedan desbloquear y para que puedan conectarse con las emociones de las piezas). 

Y cuando ya lo lograste entender en tu cuerpo (más que en tu mente), y ya lo logras expresar en tu interpretación, ahora sigue dejarte ver por el otro. Tal vez todavía necesites trabajar la vergüenza de dejarte ver, por ejemplo, en esa sensualidad, lo cual es otro proceso, pero ya es fácil porque ya entendiste el tema y ya está en tu cuerpo