Por Madeleine Sierra

¿Cómo responder —tanto en tu interior como hacia el exterior— cuando tienes un error en el escenario o frente a la cámara?

Aquí te adelanto un pedacito de lo que te compartiré en el video:

Una de las cosas que me enseñó el clown (para quienes todavía no saben a qué me refiero con “clown”, es a aquel ser que a veces vemos en un teatro, y que nos enternece y nos hace reír al mostrarnos su humanidad) es la humildad al entrar al escenario. No una humildad de cabeza abajo, sino de decir: “esto es lo que soy, vengo aquí con mucho gusto de compartirles algo que llevo mucho tiempo practicando, y quiero darlo como un regalo para ustedes.”

La relación que queremos establecer con el público es de humano a humano. Si te das cuenta de que te estás queriendo poner por encima del público (tal vez como una manera inconsciente de defenderte de los juicios), te invito a bajar dos rayitas y a conectarte al nivel del corazón. Cuando entras al escenario desde aquí abajo no puedes caer, en cambio desde arriba la caída puede ser fuerte y estruendosa.

De hecho, el clown no tiene el mismo estatus que el público sino un estatus más bajo. Hay a quienes esto les puede sonar humillante y vergonzoso, pero para nada lo es, porque el clown atiende su dignidad: se ha auto-aceptado y se comparte con el gozo de ser.