Por Madeleine Sierra
Las comparaciones son una forma de juicio. Siempre parece haber alguien más guapo, más inteligente o más culto que tú. De manera similar, parece haber una oferta interminable de personas que no son tan inteligentes como tú, que manejan peor que tú, y que son menos ingeniosos. En el momento en que nos comparamos con otras personas, nos estamos disponiendo para el dolor y el desánimo. También estamos disponiendo a las otras personas a ello, y estamos construyendo una barrera entre nosotros y ellos.
Haz todo lo que puedas para evitar las comparaciones. En su lugar, observa cómo te sientes con relación a las fortalezas y debilidades de otras personas. En vez de decir que tu vecina es más hermosa que tú, considera disfrutar su belleza y reconocer que te gustaría mejorar tu aspecto. O mejor aún, disfruta su belleza y disfruta lo que consideras hermoso en ti. Mientras más evitas hacer comparaciones, más probable es que logres conexiones maravillosas con otros.
Mary Mackenzie (nvcacademy.com)