Por Rodrigo Suárez Hoffman
Cuando te agaches para recoger algo, dobla las rodillas en lugar de la espalda.
Pero vayamos en orden: el primer paso y el más importante de todos es de decir «no» antes de agacharte, o sea: darte un momento de quietud en el que todavía no te estés preparando para hacer nada, con el fin de detener tu reacción automática y de comenzar el movimiento desde tu estatura completa. Ahora inicia el movimiento dejando el cuello libre, mientras dejas que tus rodillas se doblen hacia delante. Durante todo el movimiento cuida que se alargue la distancia que hay entre la parte de atrás de tu cabeza y tus glúteos. Si levantas la cara mientras te estás agachando tensarás el cuello, por eso para que tu cuello se mantenga libre deja caer la nariz un poquito mientras se doblan las rodillas.
Ya que tomaste el objeto, para ponerte de pie dirige la coronilla hacia arriba sin apretar el cuello, de tal forma que el objeto que recogiste subirá como consecuencia de que tu cabeza se traslada hacia arriba.