Los dos posibles orígenes del miedo a ser vist@

 

Por Madeleine Sierra

 

El miedo a ser realmente visibles, que padecemos tantas personas, puede según Tad Hargrave venir de dos posibles lugares:

 

“Frecuentemente proviene de experiencias en las que fuiste visible y te castigaron. Intentaste compartir tus dones. Pensaste: ‘Soy chistosa’, intentaste contar un chiste en la fiesta familiar, y te mandaron castigada a tu cuarto, o se escandalizaron y te insultaron, te pegaron, o lo que haya sido. O intentaste cantar y te miraron con desagrado, diciéndote que no sabes cantar. Tal vez intentaste bailar y se rieron de ti. Realmente cargamos con estas heridas, por el resto de nuestras vidas, es algo muy serio. Si te hiciste visible compartiendo tu opinión sobre algo que viste, y te castigaron por ello, claro que tendrás miedo a la visibilidad. Tal vez de maneras que no recuerdes conscientemente, simplemente estará ahí. 

 

Pero he aquí el otro lugar de donde puede provenir el miedo a la visibilidad: compartiste tus dones y no pasó absolutamente nada. Eso es doloroso de un modo totalmente distinto. Es muy difícil decir cuál infierno es peor: ser totalmente ignorado o ser castigado. Los humanos somos criaturas altamente sociables, necesitamos de esa conexión, y si fuiste totalmente ignorado, como nos pasó a la mayoría de nosotros… 

 

Muchas de las culturas tradicionales de las que tengo conocimiento basan su operación en poner atención a los dones de los jóvenes, desde el entendimiento de que ellos vienen con algo para darle a la aldea. Es vital para la fortaleza de la comunidad que esos dones sean atestiguados, cultivados, y motivados. 

 

Si eres un niño de tres años en la comunidad, y al escuchar una historia te emocionas en la parte en la que se habla de la cacería, los ancianos lo notarán: ‘Mira, se emocionó en esa parte, y a demás he visto que le gusta jugar con arcos y flechas’. A alguien más se le puede iluminar el rostro en la parte de la historia en la que se describe la vestimenta: ‘¿Ya viste? ¡Le gustan las cosas hermosas!’ Tal vez los ancianos saben: ‘Ella tiene el punto de vista de llevar la contraria: siempre está viendo las excepciones de las cosas. Eso a veces es muy importante para que no nos estanquemos…’

 

Y sin que estés consciente de ello, te dirigen en esa dirección, en la que ya estabas intentando ir: te ponen los objetos enfrente, y eres visto, y tus dones son fomentados a un nivel tan profundo y consistente que ni se te podría ocurrir no compartirlos. Nunca tendrás miedo de ser visto como alguien que tiene ese tipo de don o de perspectiva.”

 

Tad Hargrave

 

Así es que tu miedo a ser visible puede ser algo cultural. Y puede ser sanado.

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