Abraza a tu monstruo y ríete con él
Por Madeleine Sierra
Mi búsqueda de la paz comenzó hace años con la meditación. En ese entonces quería encontrar tranquilidad, que no hubiera conflictos ni desacuerdos, que todo fuera armonía. Más adelante mi entendimiento sobre la paz cambió. Ahora pienso que del conflicto no nos vamos a deshacer, es parte de la vida.
También lo son todas las heridas que se nos mueven cuando no coincidimos con la otra persona, cuando no somos vistos en nuestra dimensión. ¿Cómo hacer para no proyectarlas en el otro? ¿Cómo hacer para no echarle encima nuestro enojo y nuestro dolor?
Antes tener paz equivalía para mí a no sentir emociones de aquellas que se suelen etiquetar como “horribles”. Ahora tiene mucho más que ver con la responsabilidad que tomo de mis emociones, mis pensamientos, mis creencias. Para eso es necesario querer ver mi verdad, estar en contacto con ella.
La verdad está tocándonos a la puerta y lo que muchas veces hacemos es huir, porque es fuerte estar en contacto con ella —con nuestro estado de vulnerabilidad—. La vida es sorpresa, respiración y emociones. Huir de la verdad no permite encontrar la paz.
De esto y más hablé en la entrevista que me hicieron Alex y Xixili, de Cultura Savia, para el programa Sentidos comunes:
