Por Rodrigo Suárez Hoffman
A veces no queremos sentir el dolor emocional por miedo a hundirnos en él y no salir nunca; otras veces porque pensamos que este va a ser tan intenso que no lo vamos a aguantar; y otras porque nos preocupa que sea incómodo para las personas que nos rodean vernos llorar. La realidad es que el dolor tiene un ciclo: cuando te permites sentirlo y reconoces que te está informando de lo que es importante para ti, esa ola de dolor durará un ratito y luego te sentirás más tranquilo. En cambio, si te esfuerzas por no sentir el dolor emplearás mucha energía y el dolor seguirá empujando para asomarse en cada oportunidad que tenga.