Por Rodrigo Suárez
Imagínate cómo sería el mundo si todos pidiéramos a los demás lo que necesitamos o deseamos y nadie dijera que “sí” a una petición sin antes revisar en su corazón y en sus necesidades para ver si realmente quería acceder a ella…
No tendríamos miedo de pedir nada porque sabríamos que nadie nos diría que “sí” sólo por compromiso. Un mayor número de necesidades estarían satisfechas un mayor porcentaje del tiempo porque, si el vecino de al lado dijera “no” a nuestra petición, felizmente iríamos con el vecino de enfrente a hacerle la misma.