Por Rodrigo Suárez
¿Te ha pasado que alguien dé por hecho que sabe cómo te sientes, en lugar de checar contigo para ver si su interpretación es acertada?… ¿Cómo es para ti cuando esto sucede?
A muchas personas les molesta que otros den por hecho que saben cómo se sienten, y más aún si cuando corrigen a la persona (p. ej.: “no estoy resentido”, “no, no tengo celos”, …) la persona insiste en su interpretación.
La verdad es que nunca podemos saber cómo se siente otra persona, a menos que se lo preguntemos. A veces, por ejemplo, nos puede parecer que alguien está enojado, cuando lo que en realidad siente es frustración, o miedo. Por eso en la CNV se recomienda que cuando intentes mostrarle comprensión a otra persona, en lugar de hacer afirmaciones hagas preguntas.
A veces se puede sentir muy bien que alguien intente imaginar cómo te sientes, y que te haga la pregunta necesaria para averiguar si está comprendiendo. Por ejemplo: “¿Estás muy estresada?”
Pero aún si lo dices en forma de pregunta, si en tu interior crees que SABES cómo se siente la persona, ella lo va a percibir en tu tono de voz, y puede que se incomode. En cambio si te das un momento para recordar que no puedes saber cómo se siente otra persona, lo que digas o preguntes surgirá de la humildad y curiosidad auténticas.