Por Madeleine Sierra

Piensa en alguien a quien conoces, con quien sea muy agradable convivir: alguien que suela mostrar quién es realmente, sin máscaras… 

Ahora piensa en alguna presentadora, algún orador, alguna conferencista que te guste: alguien de quien cuando lo ves hablar en público, o en la pantalla, disfrutas su autenticidad, su espontaneidad, la calidad de su presencia, la conexión que logra con el público… ¿Ya?

Tanto cuando se trata de nuestras relaciones interpersonales, como cuando hablamos en público, lo que resulta más atractivo para los demás es que seamos nosotros mismos: genera confianza y conexión, es interesante y divertido. 

Y ser tú mism@ no es algo que tienes que hacer. Ya lo tienes. Cuando estás con tus mejores amigos surge tu personalidad única e irresistible. No es algo que estés haciendo, produciendo, es algo que surge solito. 

Los oradores y presentadores que tienen un verdadero carisma tienen la capacidad de ser, frente al público o frente a la cámara, la misma persona que son frente a sus mejores amigos.

Cuando tomas un taller de clown, todo el ambiente del taller ayuda a que surja tu personalidad espontánea: los juegos (como las sillas musicales, encantados o voleybol), las divertidas dinámicas diseñadas para que los participantes cometan error tras error, y las miradas de aceptación amistosa que se dan en el grupo. Una vez que ya has tenido esa experiencia de espontaneidad durante el taller, será más fácil que tu espontaneidad se vaya liberando también en otros entornos. 

La próxima vez que te encuentres en un espacio con otras personas, en el que quisieras ser tú mismo, y notes que algo se inhibe porque todavía no estás totalmente en confianza, recuerda que está bien así, que esto es poco a poco. 

Un pequeño paso que puedes dar en ese momento, es concientizar tu cuerpo: observar, sin juicios, las tensiones que se generan como reacción a la interacción con las personas: ¿Qué parte del cuerpo se tensa? ¿Por qué será que se tensa? Observarlo sin juicios y sin tratar de cambiarlo es el primer paso para que algo se vaya transformando. 

Y una vez que vayas sintiéndote más en confianza frente a las personas, no necesitarás tratar de hacer algo para ser auténtico. Tu autenticidad surgirá.