Aprópiate de una canción

Por Madeleine Sierra

Lore, cantante. Interpretaba en clase a Despina —en «In Uomini, in soldati» de la ópera Cosi Fantutte— una criada que aconseja a sus jefas que no sean fieles a sus novios que se fueron a la guerra. Lo hace porque alguien le dará dinero si logra convencerlas.

Le pregunté a Lore si había pasado por una situación similar y me dijo que sí: cuando aconsejaba a sus amigas y les decía que no fueran tontas, que no  siguieran con sus novios patanes. Entonces hicimos una improvisación hablada en la que ella le decía a una amiga que dejara a su novio.

Este paso era importante para que su cuerpo se empoderara: es decir, para que ella se sintiera cómoda diciendo algo así enfrente del público (sus compañeros). Esto le sirvió para apropiarse de las palabras: primero decirlo a su manera para que después las palabras del texto pudieran salir cargadas de esta emoción ya experimentada.

Antes de crear las circunstancias y el personaje, es importante que habites y te expreses como te expresarías en una situación real, para empoderarte. Yo les pido a mis alumnos que observen sus gestos para luego poner esa gestualidad al servicio de la creatividad.

Si el cuerpo no puede expresarse tal y como es, la interpretación se quedará en la idea de cómo debería ser y el cuerpo seguirá esa propuesta de la mente, tratando de imitar, sin sentir. Construir a partir de ahí es muy difícil: tanto el movimiento como la voz salen forzados. Es tratar de alcanzar algo desde afuera, sin haberlo sentido desde adentro.

Conectar con la intención de lo que vas a expresar, buscar que el mensaje realmente surja de ti, es algo que además ayuda muchísimo a reducir el pánico escénico, ya que cuando estás sumergido en la expresión tu atención ya no está en el qué dirán. Es por eso que en el curso Transformando el Pánico Escénico trabajaremos mucho en la autenticidad de tu expresión.

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