Acuéstate en el piso

 

Por Rodrigo Suárez Hoffman

Acostarte en el piso todos los días, de la manera que aquí te explicaré, contribuirá enormemente a la salud duradera de tu columna, además de que proporcionará un descanso óptimo para tu espalda y será una oportunidad invaluable para estar consciente de ti mismo y para aquietar tu mente.

Acuéstate boca arriba, sobre una alfombra, una manta o un tapete, 10 ó 15 minutos al día, con las rodillas dobladas de manera que los pies reposen tan cerca del cuerpo como te resulte cómodo.

Pon entre 2 y 4 libros (4 dedos de altura) debajo de la base de la cabeza (sin que los libros estén en contacto con el cuello). Descansa las palmas de las manos en tus costillas y los codos en el piso.

 

Mientras te mantienes consciente de dónde estás, consciente de ti completo y de la superficie que te sostiene, recuerda continuamente no apretar el cuello, no jalar la cabeza hacia atrás y hacia abajo, no ponerte rígido y no acortar tu estatura. Pídele a tu cuello, una y otra vez, que esté libre para que tu cabeza vaya “hacia delante y hacia afuera” (o sea, pídele a tu cabeza que se mueva, gradualmente, en la dirección contraria a tu espalda, no importa si no percibes el movimiento, el simple hecho de pensarlo ayuda a liberar tensiones) para que tu espalda se alargue y ensanche, mientras recuerdas que tus rodillas señalen hacia el techo. 

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