Por Rodrigo Suárez Hoffman
Cuando una persona está enojada o alterada, el simple hecho de que la escuches de verdad ya suele reducir la intensidad de su emoción. A veces ayuda parafrasear lo que está diciendo: repetirle con tus propias palabras la esencia de lo que escuchas que está expresando. Otras veces no ayuda hablar, basta con escuchar en silencio.